TERCER MUERTE

En el asiento trasero carcomido por el sol y apestoso a sudor de un taxi, yace quien solía ser.

Me tiro a pedazos por la ventana para que los restos queden lo suficientemente separados y no puedan volver a encontrarse.
Mientras tanto la nueva yo redacta los sucesos desde su block de notas.
Callada, tranquila.

- Lo necesitábamos-dijo con voz seca.
-¿Morir?-le pregunté.
-No, nacer.

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